Dirección creativa:
HUmanos Unidos
Diseño expositivo:
Humanos unidos y Ocurrencias
Fotografía:
Gert Voor In’t Holt
Cualquiera que se encuentre un resto humano convertido en una reliquia sentirá esa especial conexión entre lo tangible y lo sobrenatural. Ese sentimiento de misterio y curiosidad por saber más fue clave en cómo queríamos que se mostrase en las piezas.
El Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava rescató de la Iglesia de San Juan Evangelista de Martioda un conjunto de 17 cráneos y diversos fragmentos de huesos humanos de la Legión Tebana perteneciente al siglo III . Su importancia reside tanto en los restos como en las telas, bordados y pedrería que los guardan. Seis años tardaron en recuperar el esplendor original tras un estado de conservación “lamentable”, con ataques de hongos y roedores. Es la colección más numerosa que se conoce de este tipo en el País Vasco.
El proyecto culminaría en una exposición en el Museo de Bellas Artes de Vitoria-Gasteiz. Seríamos los encargados de diseñar la exposición y las piezas promocionales que la darían a conocer.
El desafío era que el espectador pudiera disfrutar del la singularidad de las piezas restauradas y a su vez entendiese la envergadura del trabajo desarrollado por el servicio de restauración a lo largo de los últimos seis años.
Dirección creativa: HUmanos Unidos
Diseño expositivo: Humanos unidos y Ocurrencias
Fotografía: Gert Voor In’t Holt
Cualquiera que se encuentre un resto humano convertido en una reliquia sentirá esa especial conexión entre lo tangible y lo sobrenatural. Ese sentimiento de misterio y curiosidad por saber más fue clave en cómo queríamos que se mostrase en las piezas.
El Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava rescató de la Iglesia de San Juan Evangelista de Martioda un conjunto de 17 cráneos y diversos fragmentos de huesos humanos de la Legión Tebana perteneciente al siglo III . Su importancia reside tanto en los restos como en las telas, bordados y pedrería que los guardan. Seis años tardaron en recuperar el esplendor original tras un estado de conservación “lamentable”, con ataques de hongos y roedores. Es la colección más numerosa que se conoce de este tipo en el País Vasco.
El proyecto culminaría en una exposición en el Museo de Bellas Artes de Vitoria-Gasteiz. Seríamos los encargados de diseñar la exposición y las piezas promocionales que la darían a conocer.
El desafío era que el espectador pudiera disfrutar del la singularidad de las piezas restauradas y a su vez entendiese la envergadura del trabajo desarrollado por el servicio de restauración a lo largo de los últimos seis años.